Importancia del Centro Histórico de Arequipa
El Centro Histórico de Arequipa, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, con su arquitectura construida en sillería de piedra volcánica, blanca y excepcionalmente rosada (denominado localmente sillar), representa, por la robustez de los muros de sus edificaciones, por el uso extendido del arco y la bóveda como sistema estructural, por la magnificencia de sus románicos espacios internos, por la fina ornamentación barroca de sus fachadas, una expresión genuina del talento creador de un pueblo.
La esencia de esta arquitectura no está en el simple mestizaje de lo europeo y lo nativo, no es sólo el barroco mestizo lo que le otorga valor propio. Su peculiaridad intransferiblemente lugareña es el resultado de un desafío a las circunstancias, viene de condicionantes originales: a la existencia previa de un pueblo indígena con una cultura propia desarrollada en base a influencias puquinas, collaguas, lupacas e incas, y al proceso de la conquista y evangelización, debe sumarse el entorno natural.
En sus raíces están la pintoresca campiña rodeada de desiertos, la luz intensa de un cielo límpido y los terremotos. La ciudad es el producto de la resistencia del poblador local a los espasmos de la tierra, es la experiencia de la sísmica local y el hábil aprovechamiento de la catástrofe, que provee el material constructivo y permite una urbanística y una arquitectura tan particular.